Nuevas tecnologías, diversificación de los canales de comunicación, modificación de las expectativas de los consumidores…
Todos estos parámetros impactan en la UX (user experience), la famosa experiencia de usuario, e imponen una redefinición de la estrategia de relación cliente.
Entonces, ¿cómo optimizar el conocimiento cliente para ganar en eficacia y ofrecer una experiencia completa?
No nos cansaremos de repetirlo: «un cliente satisfecho tiene más posibilidades de convertirse en un cliente leal». Está claro que hoy el cliente espera una relación personalizada.
Quiere ser reconocido y comprendido rápidamente, sin tener que explicar una y otra vez su problema a interlocutores no expertos.
En este contexto, resulta primordial para la empresa capitalizar sobre el conocimiento cliente y difundirlo en el seno de sus equipos.